Vivimos en época de transición. Toca movernos porque lo que hemos hecho no parece llevarnos a la felicidad. El modelo de producción capitalista solo está produciendo signos de muerte y requiere que lo cambiemos. La empresa es una herramienta para hacer economía y mejorar las condiciones de vida de quienes la realizan.
¿Cómo hacemos que nuestras empresas cambien de rumbo? Integre la solidaridad en todo el quehacer de la empresa. En la producción asegure que lo que hace tenga el menor impacto posible en el medioambiente. Asegure que lo que ofrece, sea un producto o servicio, accesible a la mayor cantidad de consumidores(as) y con la mejor calidad posible.
Rediseñe su lógica de consumir. Una forma simple: compre productos locales. Genere un circuito económico solidario comprando a empresas que buscan operar desde la solidaridad. Existen y más de las que conocemos.
Acumule riqueza… es importante. Pero no se apropie del trabajo de sus trabajadores(as) como si la razón única de la empresa sea “amontonar” dinero. La acumulación es importante para asegurar la reproducción del ciclo económico, pero no puede ser explotando, contaminando y destruyendo.
Operar una empresa, desde la lógica solidaria, requiere integrar la solidaridad en todo el ciclo económico… ¡y eso es posible!